FELIZ PASCUA


Domingo de Resurrección

Los Evangelios han recogido el recuerdo de tres mujeres admirables que, al amanecer el sábado, se han acercado al sepulcro sonde ha sido enterrado Jesús. Lo siguen amando más que a nadie. Mientras tanto, los varones han huido y permanecen tal vez escondidos.

El mensaje que escuchan al llegar es de una gran importancia: "¿Buscáis a Jesús de Nazaret, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado".

Es un error buscar a Jesús en el reino de la muerte. Está vivo para siempre. Nunca lo podremos encontrar donde la vida está muerta.

No lo hemos de olvidar. Si queremos encontrar a Cristo resucitado, lleno de vida y fuerza creadora, no lo hemos de buscar en una religión muerta, reducida al cumplimiento externo de preceptos y ritos rutinarios, o en una fe apagada, que se sostiene en fórmulas gastadas, vacías de amor vivo a Jesús. ?Dónde lo podremos encontrar? Él va delante de nosotros a Galilea: Allí lo veremos.

¿Qué nos está diciendo Jesús a los Cristianos de hoy?
Que hay que volver a Galilea para ver al Señor, es decir, que tenemos que volver a los orígenes de la evangelización para escuchar el Evangelio d Jesús y proclamarlo por el mundo entero.

Si no volvemos a escuchar hoy en Evangelio con corazón sencillo y abierto, nos alimentaremos de doctrinas venerables, pero no conoceremos la alegría del Evangelio de Jesús, capaz de "resucitar" nuestra fe.

Ser Cristiano es creer en la resurrección de Cristo. No somos cristianos por el hecho de creer en el pecado, en la cruz, en el sufrimiento y en la muerte; somos cristianos porque creemos en el perdón, en la alegría, en la liberación, en la resurrección y en la vida.

Por eso nuestra religión es sobrenatural. Vivimos aplastados por el peso de una piedra, encerrados en una tumba, de la que no tenemos esperanzas de salir. Pero la Pascua es precisamente esa experiencia, casi dolorosa, de que nos han quitado la piedra de encima y necesitamos salir a la luz del día.

El cristianos es la Luz, Alegría y Resurrección. Sin embargo nos resistimos a creerlo y, sobre todo, a vivirlo. Aceptar creer en la alegría es un acto heroico. Nos va más creer en la tristeza. Parece que tenemos creer en la alegría. Dios puede hacer en nosotros esa cosa imposible: hacernos felices. Pidamos hoy el milagro de ¡SER FELICES!


La Hoja de mi Parroquia - 303
Parroquia Ntra. Sra. de los Ángeles.

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